Si bien concuerdo con Pablo en que la educación es esencial para reducir los niveles de pobreza y que hay que realizar una especie de reestructuración del “pensamiento (como él lo plantea)” o de la cultura que cada hogar entrega, me pregunto ¿como realizar este cambio si en cada casa, puede faltar dinero para comprar el uniforme, pero no para tener una Coca Cola en la mesa? Es una meta muy difícil de cumplir, toda vez que solo encontrar mecanismos ya resulta ambicioso.
Es de conocimiento público que Chile es líder a nivel latinoamericano en materia tecnológica (http://www.maestrosdelweb.com/actualidad/3200/) , lo que inevitablemente acarrea supeditar nuestros más íntimos valores y costumbres, a la publicidad que genera la globalización. Así los individuos van desplazando las prioridades más necesarias, dejándose influenciar por las grandes empresas y su merchandising.
(http://books.google.es/books?hl=es&lr=lang_es&id=tQhYWzVqFMQC&oi=fnd&pg=PR13&dq=+merchandising+&ots=O-UPw7Wtiq&sig=wB1FAOpbb50MBx2kGB8giuZ8Kq4)
Es de esperar que en un futuro cercano presenciemos este indispensable cambio y que nosotros, los futuros profesionales, contribuyamos a realizar una reforma en el inconciente colectivo para tratar de superar la pobreza y así alcanzar lo estándares internacionales de desarrollo.
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